martes, 24 de mayo de 2011

SIMBOLISMOS EN LAS CEREMONIAS TRADICIONALES
Pero volvamos al matrimonio tradicional marroquí. La noche de bodas es la más significativa desde el punto de vista ceremonial: los amigos del novio, acompañados de dos naggafat (maestras de ceremonia), son los encargados de raptar a la novia de su hogar, de manera alegórica, y conducirla en cortejo a casa de sus futuros suegros. La futura consorte es recibida con todos los honores. El novio es el primer hombre que atraviesa el umbral de la casa paterna con motivo de las celebraciones. Tras recitar unos versos del Corán frente a su esposa, retira el velo que cubre su rostro, descubriéndola por fin y besándola en la frente. La suegra entrega entonces a la novia una bandeja con leche y dátiles, en señal de bienvenida, y un manojo de llaves y un pan, queriéndole ofrecer su nuevo hogar. La leche pretende teñir de blanco la vida de la esposa, los dátiles simbolizan la fortuna.
Entre algunas comunidades beréberes se ofrecen higos y pasas, como portadores de felicidad y dulzura, y a veces huevos, que representan los deseos de fertilidad para la futura esposa.
Sobre un palanquín la pasean entre los invitados, con el rostro velado, para trasladarla definitivamente a la alcoba nupcial. En los medios rurales, a la mañana siguiente, la familia de la novia espera impaciente las pruebas evidentes de su virginidad.
Dependiendo de cada grupo tribal, las ceremonias del matrimonio adquieren connotaciones y prácticas muy diversas. Por ejemplo, en la región del Sus, donde los lazos tribales son muy fuertes, es costumbre simular una lucha entre las dos familias: las mujeres se tiran puñados de tagula, plato beréber a base de sémola con mantequilla y miel. De esta forma expresan su deseo de intercambiar cosas dulces entre ambas familias.
Entre los yebala (habitantes del norte de Marruecos), los parientes y amigos ofrecen harina a la novia, con la que su madre hace pequeños panes que la suegra distribuye entre los invitados. Los panes son testimonio de solidaridad y las familias quedan unidas para lo mejor y para lo peor..
ESENCIA MÁGICA EN LA COSMÉTICA NATURAL
En las celebraciones tradicionales del matrimonio marroquí, la cosmética constituye otro auténtico ritual.
Perpetuando la tradición, hasta no hace demasiado tiempo las mujeres marroquíes eran artífices de sus propios tratamientos de belleza. En la reclusión del harén, elaboraban con tiempo, mimo y cautela, fórmulas y remedios heredados, a  base de ingredientes naturales: leche, miel, huevos, aceite, arcilla, alheña, azafrán, corteza de nogal o azahar.
El secreto en la alquimia resultaba fundamental para no perder su esencia mágica, transmitiéndose celosamente sólo de madres a hijas, con la insustituible complicidad del maestro attar (perfumista).Por ejemplo, para preservar la juventud, tomaban cada mañana, entre otros, un compuesto de jengibre, clavo, nuez moscada, raíz de galanga, aceite o miel.
En los contextos más tradicionales, todavía las novias marroquíes utilizan productos naturales para su cuidado personal. Los más comunes, además de la henna, son el khol, el ghasul, el suak, el aceite de argana, y entre las fragancias, el almizcle, el agua de rosas, el jazmín y el sándalo. El khol es un polvo realizado con antimonio, clavo, huesos de aceituna y de dátil, que embellece los ojos y resalta la mirada. El ghasul es una arcilla natural que solo existe en Marruecos, con propiedades desengrasantes, que se utiliza para el lavado del cabello; el suak, o corteza de nogal, sirve para colorear los labios. El argano es un árbol específicamente marroquí. El aceite de sus frutos, rico en vitamina E, se utiliza principalmente en la alimentación, pero también está indicado contra la esterilidad femenina, la amenaza de aborto y la azoospermia en el hombre (ausencia de espermatozoides). Sus propiedades son excelentes también en cosmética.

martes, 3 de mayo de 2011

 El simbolismo


Marruecos es una de las culturas en donde el simbolismo toma una importante relevancia a la hora de realizar la ceremonia de boda. Al igual que en otras épocas de cada cultura, Marruecos mantiene antiguas tradiciones en las que el tiempo no parece haber pasado y donde la importancia que se le da al rito es verdaderamente insuperable. El colorido, los bailes y la gastronomía son algunos de los condimentos esenciales de toda boda marroquí.

Uno de los aspectos más peculiares es cómo se implica toda la familia tanto en los preparativos como en la boda en si misma. La importancia entonces de la unión de dos familias es quizá el hecho fundamental de toda boda en Marruecos. Tres días de celebraciones y fiestas sucesivas en cada casa, fam

martes, 12 de abril de 2011

GASTRONÓMICA
La gastronomía tradicional marroquí es excelente y muy asequible. Su preparación es muy elaborada y minuciosa.
La carne y los dulces son elementos fundamentales en sus platos.






















Actualmente es un plato típico de Marruecos para las fiestas y suele servirse especialmente en las bodas. Se elabora con finas capas de masa filo y el relleno más usual suele ser el pichón, aunque también se suele usar pollo.

miércoles, 23 de marzo de 2011


3- La Ofrenda (H’dia)
La costumbre de la H’dia (la ofrenda) existe en todas las clases sociales. Los regalos que el esposo ofrece a su mujer en esta ocasión varían según la situación social y en función de las regiones. Pero los presentes regalos son altamente simbólicos, tales como: el azúcar, símbolo de una vida feliz, la leche, símbolo de la claridad y la pureza, los dátiles, la alheña, las llamas, las folres, etc.





4- la Berza
la « Berza » que tiene lugar el día de la gran ceremonia es una ocasión para presentar la novia a los invitados. Vestida de una ropa tradicional de gala, la novia se siente de manera que todos los asistentes la puedan ver y admirar, en un ambiente de fiesta rico en sonidos y en colores.

En Marruecos, más que en las demás partes del mundo, la boda se concibe, a nivel social y religioso, como un acto de gran importancia, preparado minuciosamente como un acontecimiento de envergadura y celebrado alegremente como una gran fiesta a la cual se asocian, además de las familias de los dos esposos, así unidos, sus prójimos, sus amigos y sus vecinos.

Esta concepción no es del todo válida en el campo como en las ciudades y las grandes aldeas. Esta fiesta toma otro aspecto totalmente distinto puesto que moviliza, de manera espontánea, a todo un pueblo durante muchos días, en un ambiente de solidaridad que da prueba del espíritu comunitario siempre más vivaz en el medio rural que en el urbano, debido a la naturaleza misma de la vida en el campo.




Recomendada por el Profeta, la alheña se aplica durante las fiestas y las bodas por la “hannaya”, mujer especializada en el arte de la misma. Se supone que las virtudes bienhechoras de la alheña protegen contra las enfermedades y garantizan el éxito y la prosperidad.

La ceremonia de la Alheña o « Henna » tiene lugar en la víspera del gran día, en presencia de mujeres de las dos familias y de las amigas. La novia lleva un velo y un caftan verde y la “hannaya”, se ingenia en adornar sus manos y sus pies con dibujos atractivos que varían en función del querer de la novia. Esta ceremonia simboliza el encaminamiento hacia el estatuto de esposa.